Érase una vez una pequeña estrella que vivía cerca del sol.
Y todas las noches a la hora de dormir quería divertirse.
La estrella brillaba y brillaba y centelleaba como una estrella mayor y decía: “Mami si me haces decir buenas noches huiré”
Entones su mama le dio un beso en su brillante nariz y le dijo:
“Da igual a donde vayas
da igual en donde estés
da igual lo grande que te hagas
y aunque estés muy lejos te querré siempre
porque siempre serás mi pequeña estrellita”